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Playa Union - Patagonia Argentina Primer surfeada en Playa Unión txt: Facundo Moyano - fotos: Facundo Moyano Difícil olvidar la ansiedad de esa madrugada en la primavera del 2004, cuando esperaba para subir al primer bondi (en total serían 3: Madryn-Trelew, Trelew-Rawson, Rawson-Playa Unión) rumbo a mi primer sesión de surf patagónico. Me acompañaban Facundo Ursino y Emanuel 'el enano' de Viedma. En total viajaban 2 bodyboards y un 'tablon', que recibió mala onda y obstáculos en los tres colectivos que tomamos... Al llegar a la playa no podíamos creer nuestra mala suerte, el mar estaba planchado. Encima la mañana estaba super fresca y el agua ni hablar. Resultó ser pésima nuestra 'fuente'. No nos quedó otra que hacer un poco de turismo por el lugar, que parecía muerto, con todos los locales cerrados y poquísima gente en la rambla. Finalmente encontramos un almacén, compramos comida y volvimos a la playa a esperar que nuestra suerte cambiara. Finalmente así fue, y algunas horas más tarde pudimos disfrutar de unas muy divertidas olas en compañía de un curioso lobo marino hembra, y una ballena franca en el horizonte. Por la tarde, ya cansados, congelados y con el traste lleno de canto rodado, pero super satisfechos de olas, emprendimos el largo retorno a casa.
Durante los 4 años que viví en Puerto Madryn visité muchas veces Playa Unión, pero ninguna se compara con ese día, debido a las condiciones del mar y por la genial compañía.
Ojalá algún día pueda volver a correr Playa
Unión, conocer las olas de Cabo Raso y Playa Magagna, y confirmar si rompe en
Isla Escondida, Cabo Dos Bahias y tantas otras playas que hay desparramadas por
la zona. Y sobre todo, saludar a mis amigos que quedaron allá. fotos: olas de muy linda forma y rompimiento, tan solitarias como casi toda la Patagonia argentina. Pero el Sur tambien existe... O acaso les quedan dudas? fotos: algunos de los locales vigilan las olas desde arriba, dejandose llevar por los limpios y frescos vientos del Atlantico Sur. La caracteristica costa de canto rodado, piedras pulidas una y otra vez por el incansable vaiven de las olas.
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